Natalia

Nati es una madraza que, aunque no corre con dorsal, no para quieta acelerando el paso detrás de la "mini tribu". Reconoce que se unió a Empujando Sonrisas por su familia y, una vez dentro, ha descubierto la grandeza de esta tribu en la que siempre hay un aprendizaje y una sonrisa que regalar. Son muchos los recuerdos que le acompañan pero reconoce que nunca podrá olvidar la media maratón de Gijón, donde una marea de corazones amarillos se unieron para cruzar la meta juntos, como una verdadera familia.