Behobia-San Sebastián: mucho más que una carrera

Viajamos a San Sebastián con las expectativas muy altas. Todo el mundo nos había recomendado correr esta carrera "al menos una vez en la vida", así que teníamos que probarlo. Confesamos que teníamos ganas pero también alguna duda, ¿sería para tanto? Y vaya que si lo era. Ahora, que ya hemos vivido esta experiencia, lo tenemos claro: sí, sí y sí. La Behobia-San Sebastián es mucho más que una competición deportiva. Son los aplausos, los "aúpa", los gritos de "txapeldunak", las miles de personas que se lanzan a la calle a animar a los "korrikolaris". Son los puntos de animación, el pirata del kilómetro 8, los ánimos del resto de corredores y los voluntarios, como nuestro querido Raúl Gómez, que se ofrecían a empujar las sillas en los momentos más duros. En el último kilómetro, cientos de personas gritaban nuestros nombres. En la recta final, Pedro se ha levantado y la tribu hemos cruzado juntos la línea de meta, ¡objetivo conseguido! Nos hemos abrazado y nos ha invadido una sensación de felicidad. En esta ocasión, además de empujar sonrisas, hemos mantenido las nuestras durante los más de 20 kilómetros del recorrido.